AMANTE DE LOS CABALLOS
   
 
  Caballos criollos
La raza conocida como “caballo criollo” puede encontrarse en diferentes países de América del Sur, principalmente en Argentina. Para hablar de esta raza tenemos que remontarnos a los tiempos de la conquista de los españoles en América en el siglo XVI.
Conociendo la empresa a la cual se embarcaban, las tropas españolas trajeron los mejores ejemplares de entre sus equinos, aquellos que capaces de resistir los embates de la conquista. De esta manera el ingreso del caballo español (con cierta influencia de los moros, cabe destacar) fue a través de la zona del Perú, del Brasil y del puerto de Buenos Aires.
Una vez en nuestro territorio, por diferentes circunstancias muchos de ellos quedaron libres y lograron reproducirse. Pero al enfrentarse con un nuevo medio ambiente fueron adquiriendo nuevas características (propias de la selección natural al sobrevivir en un ambiente más salvaje). Esto último quizás tenga que ver con una de las condiciones más importantes de nuestro caballo criollo: su capacidad para sobrevivir en medios hostiles. Esto además se traduce en su fuerte resistencia y rusticidad.
Es así que suele decirse (mas no sin acierto) que con el caballo criollo se hizo América del Sur. Pues bien, al menos en la Guerra de la Independencia Argentina este particular equino tuvo un papel relevante, sobre todo en la Cordillera de los Andes. Pero en el siglo XIX debido a la importante influencia de Europa en nuestro país, el caballo criollo comenzó a desaparecer por la creciente cruza con caballos de razas europeas, principalmente con el de silla o de tiro.
El dato: ta talla por excelencia de un caballo criollo es de 1,44 m.
Muchos comenzaron a preocuparse sobre estos caballos y en la búsqueda del criollo llegaron hasta la Patagonia. El principal problema de la cruza con los caballos europeos consistió en que estos le aportaban velocidad y quizás también altura pero la nobleza de nuestro criollo tenía que ver precisamente con otros atributos: su fuerte resistencia.
La recuperación paulatina de la raza de caballos criollos fue posible gracias a varios estancieros que mantuvieron sin mestizar a sus caballos. Luego un grupo de criadores junto con Emilio Solanet (quien ayudó a recuperar la raza) fundaron la Asociación de Criadores de Caballos Criollos. Desde entonces se inició la inscripción de los estos particulares equinos en los registros genealógicos de la Sociedad Rural de nuestro país -donde se exponen caballos como este alazán rosillo campeón de 2007.
 
 
 
 
caballos criollos son de fuerte constitución y musculosos. Poseen su centro de gravedad bajo y su tipo es similar al caballo de silla. Su andar y sus movimientos son ágiles, rápidos y sueltos. Son resistentes, longevos y dóciles. Ideales para el trabajo de ganadería. Su talla puede ir desde los 1,40 hasta los 1, 48; de allí que no sean muy empleados para cierto tipo de deportes como ser el Polo (para este deporte se requiere una altura mayor de 1,45 generalmente).
En cuanto a los pelajes de la raza criolla, suele considerarse que el pelaje característico de esta raza es el gateado o bayo leonado. Pero el pelaje bayo tiene algunas variaciones: blanco o claro, huevo de pato, amarillo, naranjo o naranjado, encerado, cebruno, ruano, cabos negros, dorado y rodado. Pero estos son los tipos de pelajes bayos solamente, mientras que en realidad podemos encontrar pelajes de tres tipos: los yeguarizos de pelos claros:
Bayos, Gateados, Pangarés, Porcelanos, Cenizos, Mujos;
 
Amante de los caballos
 
Los caballos son animales cariñosos que son amigos del hombre, cuando cogen confianza se dejan acariciar y les encantan el pan duro
 
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